EDGAR ALLAN POE- El Corazón Delator

Preguntas:

1. Según la descripción que el protagonista hace de sí mismo, ¿Qué nivel de autoestima tiene y en qué expresiones se puede observar esto?

2. ¿Por qué el asesino siente tanto odio hacia su víctima?

3. ¿Por qué mata al anciano?

4. ¿Le parece a usted esa una razón suficiente para hacer lo que hizo? Fundamente.

5. ¿Se puede afirmar que el protagonista de la historia está loco? Fundamente con ejemplos del texto.

6. ¿Qué hace el asesino para deshacerse del cuerpo? ¿Cómo lo oculta?

7. ¿Por qué la policía llega hasta la casa del asesino?

8. ¿Qué actitud asume el asesino al llegar la policía a la casa? ¿Cómo los atiende?

9. ¿Con qué comparaba el asesino el latir del corazón del viejo?

10. ¿Por qué la policía descubre el macabro crimen?

11. ¿Qué sentimiento asaltó al asesino y lo obligó a confesar los hechos?

  

Respuestas:

1.        Él tiene un autoestima alto ya que en la historia, él cree que todo lo que hace le sale muy bien. Es bueno en lo que hace y su gran inteligencia para dar cada paso supera su locura.

“… Ustedes me toman por loco. Pero los locos no saben nada. En cambio, ¡Si hubieran podido verme! ¡Si hubieran podido ver con qué habilidad procedí! ¡Con qué cuidado, con qué previsión, con qué disimulo me puse a la obra!...”

2.        El odio no es hacia la víctima, sino hacia su ojo que lo perturba.

3.        Porque se quiere liberar del ojo del anciano que lo irrita.

4.        No, porque si consideramos los valores que tenemos como bien y como mal, un asesinato es un crimen. Nadie puede decidir sobre la vida de otra persona y menos si es porque le molesta su ojo. Es una gran incoherencia. Pero si nos focalizamos en la mente de una persona enferma de locura, esos valores de bien y de mal son diferentes, por lo que un asesinato no se consideraría un crimen.

5.        Sí.

“…Me es imposible decir cómo aquella idea me entró en la cabeza por primera vez; pero, una vez concebida, me acosó noche y día. Yo no perseguía ningún propósito. Ni tampoco estaba colérico. Quería mucho al viejo. Jamás me había hecho nada malo. Jamás me insultó. Su dinero no me interesaba. Me parece que fue su ojo. ¡Sí, eso fue! Tenía un ojo semejante al de un buitre... Un ojo celeste, y velado por una tela. Cada vez que lo clavaba en mí se me helaba la sangre. Y así, poco a poco, muy gradualmente, me fui decidiendo a matar al viejo y librarme de aquel ojo para siempre…”

“…El viejo clamó una vez... nada más que una vez. Me bastó un segundo para arrojarlo al suelo y echarle encima el pesado colchón. Sonreí alegremente al ver lo fácil que me había resultado todo. Pero, durante varios minutos, el corazón siguió latiendo con un sonido ahogado. Claro que no me preocupaba, pues nadie podría escucharlo a través de las paredes. Cesó, por fin, de latir. El viejo había muerto. Levanté el colchón y examiné el cadáver. Sí, estaba muerto, completamente muerto. Apoyé la mano sobre el corazón y la mantuve así largo tiempo. No se sentía el menor latido. El viejo estaba bien muerto. Su ojo no volvería a molestarme…”

6.        Primero descuartizó al cadáver, le cortó la cabeza, brazos y piernas. Luego, levantó tres planchas del piso de la habitación y escondió los restos en el hueco. Volvió a colocar los tablones. No había que lavar nada ya que no había manchas. Él era muy precavido en eso y una cuba había recogido todo.

7.        Durante la noche, un vecino había escuchado un alarido por lo cual se sospechaba la posibilidad de algún atentado. Al recibir este informe en el puesto de policía, enviaron  a tres agentes para que registrarán el lugar.

8.        Estaba tranquilo, sin temor. Les explicó que él había lanzado aquel grito durante una pesadilla y los llevó a recorrer la casa, invitándolos a que revisaran todo.

9.        Con un zumbido que aumentaba cada vez más y que sólo él podía escuchar.

10.      Él desespera con el sonido ya que piensa que todos lo escuchan y que los oficiales se ríen de él y que saben la verdad. Es así que el cargo de conciencia y su misma locura lo hacen desesperar y confesar.

11.      La culpa, el remordimiento y la intranquilidad que tenía.

CON ESTAS PREGUNTAS INTENTAMOS ANALIZAR EL CUENTO DE EDGAR ALLAN POE.

ESTA ACTIVIDAD FUE CORREGIDA, Y AUNQUE ESTUVO BIEN, FUE MUY BREVE.